Un iceberg antártico de 4.000 kilómetros cuadrados, más grande que la ciudad de Nueva York y tan grueso como el Empire State Building, se ha puesto en movimiento tras 30 años encallado en el Mar de Weddell.
El iceberg, conocido como A23a, se rompió de la plataforma de hielo continental Filchner-Ronne en 1992. Durante las últimas tres décadas, ha permanecido encallado en el fondo del mar, pero las condiciones climáticas recientes han provocado que el hielo se rompa y comience a flotar.
Se estima que el A23a tiene un volumen de 160 kilómetros cúbicos, lo que lo convierte en el iceberg más grande del mundo. Su longitud es de unos 150 kilómetros y su anchura de unos 100 kilómetros.
El movimiento del A23a es un recordatorio del impacto del cambio climático en los glaciares antárticos. El derretimiento de los glaciares está provocando que se formen icebergs más grandes y más frecuentes.
El A23a se dirige actualmente hacia el Océano Atlántico Sur. Se espera que pase cerca de la Isla de Georgia del Sur, un territorio británico de ultramar, en las próximas semanas.
La trayectoria del A23a podría tener implicaciones para la navegación y la pesca en la zona. Los barcos que transiten por el área deben estar atentos a la presencia del iceberg.
Además, el A23a podría liberar grandes cantidades de agua dulce al océano. Esto podría afectar a la circulación oceánica y al clima global.
Los científicos están monitoreando el movimiento del A23a para comprender mejor su impacto en el medio ambiente.